A un adversario se le quiere ganar, no que abandone trágicamente la pelea.
Nestor, te banqué y mucho al principio.
Me hiciste calentear un millón de veces.
Pero cosas como éstas no se desean ni se festejan.
Desde aqui, le mando un humilde saludo a la Señora Cristina y a sus hijos.
Nestor, para los "colegas cardíacos" que quedamos, dejaste una gran enseñanza a un precio demasiado alto.
Cada vez que me enoje un poquito, te voy a recordar.
Ojalá que los argentinos paremos un poco la moto.
Te mando un dolido y sincero gran abrazo.
Walterio
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